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¿Cómo llegar a tu cliente ideal?

Es una pregunta que suena fácil, pero si lo piensas bien, realmente no lo es. Por obviedad, el cliente es todo aquél que consume tu producto o servicio, pero más allá de eso, el cliente ideal es aquél que se enamora de lo que le estás ofreciendo y se fideliza a tu marca.

Un cliente es un comprador de computadoras y un cliente enamorado es un usuario de Apple. La experiencia que proporcionan las Macbooks, por ejemplo, generalmente retiene desde la primera vez a cualquiera que la compra.

Ahora piensa en ti y las marcas a las que le seas fiel, sea una marca de zapatos o sea un supermercado. Al final es lo mismo: esa marca no te cautivó por casualidad ni lo hizo de la noche a la mañana, sino que te identificó a ti y a todo el nicho del que formas parte; te estudió y analizó (y lo sigue haciendo) para hacerte fiel a ella.

Las ventajas de un cliente ideal

“Enamorar” a un cliente tiene dos grandes ventajas:

La primera es que te volverá a comprar. La razón por la que grandes marcas trabajan en esto es por la rentabilidad que ofrece ya que el costo de atraer clientes nuevos día tras día sería mucho más alto a lo largo del tiempo. No es simple cordialidad el “vuelva pronto” en algunas tiendas o supermercados…lo necesitan.

La segunda ventaja es muy valiosa también: te recomienda. Recomendándote, ¡estás ganando de gratis! Porque no estás invirtiendo en un nuevo cliente, sino que te lo traen…¿Acaso no has pagado por algún servicio o producto después de la recomendación de alguien entusiasmado por una marca? O por otro lado, ¿no has recomendado alguna vez tu marca favorita a alguien más?

Ahora sí: ¿cómo enamorar a mi cliente ideal?

Para contestar esta pregunta primero necesitarás definir a tu cliente ideal. En marketing digital, primero es el análisis y luego la acción, al menos si quieres resultados efectivos.

Una vez tengas bien definido a ese cliente de ensueño, la estrategia para enamorarle será mucho más fácil.

Definir al cliente ideal implica describir los rasgos “promedio” de ese cliente. Es decir, sus características:

  • Datos demográficos (sexo, edad, grado de ingresos, nivel de estudios, …)
  • Estilo de vida (qué le gusta hacer, qué otras marcas consume, …)
  • Comportamientos e intereses (cómo se entretiene, actividades de ocio, …)
  • Hábitos de consumo (cómo compra, cuándo compra…)
  • Necesidades (qué busca del producto o servicio que ofreces, qué le preocupa antes de llegar a ti, …)

Estos datos demográficos y psicográficos los puedes conseguir tomando de referencia información de tus actuales clientes (a través de base de datos, registros de conversaciones o métricas tomadas de Google Analytics o redes sociales) pero, sobre todo, escuchándolos directamente, ya sea a través de entrevistas o encuestas. Suena difícil, pero si tu marca los tiene contentos, con gusto estarían dispuestos a ayudar. Todo esto es fundamental para que trabajes objetivamente y evites cometer muchos errores.

Sí, son varias características que rellenar, pero hacer el ejercicio permitirá afinar todas las estrategias, incluso para las redes sociales de tu marca, sabiendo realmente cuál es la que usan más o con qué contenido responden mejor.

Una vez esté listo todo, podrás trabajar en el buyer journey para trabajar mejor las estrategias y si quieres planificarlo aún mejor, un Plan de Marketing digital será la mejor herramienta. Haz clic aquí para descargar una guía que te regalamos para desarrollarlo.

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